Síndrome FOMO

 – Fear oficial missing out (FOMO) –

Así denominan a esta patología psicoemocional que se describe como la sensación de «perderse de algo» o sentir que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno esta ausente, que los lleva a pensar que sus vidas son más interesantes.

Esto ha aumentado exponencialmente con el desarrollo de internet, el uso y avance creciente de la tecnología y las redes sociales que han ampliado los tiempos que las personas dedican a interactuar en estas herramientas, llevándolos a idealizar la vida ajena y alejándolos de vivir el presente.

El problema radica en que muchas veces existen más opciones de las que podemos abarcar, las redes sociales exhiben una abrumadora cantidad de fotografías, mensajes y avisos, queremos estar al día con todo y eso dificulta la desconexión generando situaciones de ansiedad, insatisfacción, problemas de autoestima, estados de ánimo negativos y hasta depresión a causa de la comparación con «modelos o estándares» que no siempre son reales.

Se genera una dependencia psicológica de estar en línea que podría provocar ansiedad cuando uno se siente desconectado, temor a perderse comentarios, likes, trending topics, etc. Por su parte también está la ansiedad que provoca el hecho de no contestar a un mensaje o a un comentario de forma inmediata en cualquier red social, tanto es así, que en reuniones con amigos, vacaciones, conciertos y horas de trabajo existe la necesidad de estar todo el rato mirando la pantalla, consultando los avisos, grabando videos, tomando fotos o haciendo selfies.

Somos seres sociales y nos gusta ser aceptados o pertenecer a grupos. Lo perjudicial, como en muchos otros temas son los excesos,  hoy en día los jóvenes constantemente necesitan ser aceptados por un grupo, sentirse queridos y halagados, llenando “vacíos”  y hasta compitiendo muchas veces con el resto de vidas que ven en las redes sociales para sentirse iguales o mejores. Es tarea de los adultos guiarlos, educar con el ejemplo, transmitir a nuestros hijos los verdaderos valores y brindarles las herramientas para que ellos realicen la mejor elección.

Y recuerda que tampoco la solución es la evitación: las tecnologías y las redes sociales también aportan valor y pueden tener un impacto positivo en nuestra vida, solo hay que ser consciente de su uso, elegir qué, cuándo y cuánto tiempo les vamos a ceder de nuestra vida real.

También podemos «perder nuestro valioso tiempo», en tus manos está siempre la decisión.

¡Feliz PRESENTE!

Valeria.

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