Hoy quiero invitarte a la reflexión a través del siguiente cuento que nos anima a hacer una pausa y renovar nuestra energía, un concepto que explica Stefphen Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”:
Trata sobre dos leñadores, uno joven y fuerte y otro más viejo y experimentado pero con menos vitalidad, que decidieron hacer una apuesta a ver quién talaba más árboles en un solo día.
El leñador joven, consciente de su superioridad física, trabajaba sin descanso. A cada hora que pasaba estaba más y más confiado de que aventajaba a su contrincante. Tanta seguridad se debía a que a intervalos regulares escuchaba que al otro lado del bosque el ruido del hacha se detenía. Eso significaba que el leñador más viejo se tomaba un respiro.
El día llegó a su fin y se comunicaron los resultados. El joven leñador no podía creerse que había perdido. «¿Cómo lo has logrado? –preguntó. He oído que repetidamente tomabas descansos, y yo sin embargo no he dejado de trabajar durante toda la jornada».
El leñador más viejo le respondió: «Muy fácil. A cada hora hago una pausa para descansar y afilar el hacha». Luego le preguntó: «¿Cuándo afilaste tu sierra la última vez?».
A lo que leñador joven respondió: «¿Afilar? Jamás lo he hecho, no tenía tiempo de afilar mi sierra, no podía perder tiempo en eso, estaba muy ocupado cortando árboles».
Me parece muy interesante la moraleja de este cuento que nos anima a darnos permiso para «afilar la sierra», es decir, hacer una pausa para escucharnos, evitando actuar por impulso y, por el contrario, pensar acerca de la mejor forma de hacer lo que estamos haciendo, si es que nos apetece hacer eso. Aunque creamos que es una pérdida de tiempo, en varias ocasiones puede ser la solución.
A su vez es una invitación a dedicar parte de nuestro tiempo a renovar nuestra energía en las cuatro áreas de nuestra vida: física, social/emocional, mental y espiritual.
Suele ocurrir que en el día a día estamos tan ocupados e inmersos en nuestras actividades diarias que nos exigimos más de la cuenta hasta acabar agotados y con la sensación de no haber disfrutado o priorizando lo realmente importante. Vivir una vida equilibrada es el gran desafío.
Ya lo decía Abraham Lincoln: «Dame seis horas para cortar un árbol y pasaré las primeras cuatro afilando el hacha».
Regálate una pausa, cierra los ojos, respira y renueva tu energía.
Namaste,
Valeria.